Supongo
que si dirigiera un programa de radio comenzaría diciendo algo como: “¡Hola,
Mundo!”. Dadas las circunstancias, quisiera dirigirme a vosotros con otras
palabras, y espero que la lectura de ellas os las grabe en la memoria.
“En
términos generales, tres son los grupos en los que se podría dividir el público
lector de periódicos:
1º
Los crédulos que admiten todo lo que leen.
2º
Aquellos que ya no creen en nada.
3º
Los espíritus críticos, que analizan lo leído y saben juzgar.”
¿En
qué categoría te encuentras tú? ¿Qué crees que ocurre cuando el hombre debe
enfrentarse a su propia concepción del mundo? ¿Y si la persona que te inspirara
a hacerlo buscara manipularte?
No
debes pensar que lo que te han contado es cierto, debes poder ser capaz de
afirmarlo por ti mismo.
¿Piensas
por ti mismo? No sé si alguna vez te habrás hecho esta pregunta, pero de todas
formas, ¿cuál es tu respuesta? Verás, en cualquier caso, mi intención es
abrirte los ojos; quiero que concibas el mundo en su totalidad. Por ello, estoy
aquí para contarte una historia que seguro que ya conoces. No es un cuento que
escuchen los niños antes de acostarse, pero es probable que tú si sepas de él. Es
la historia de tu entorno, de las personas que te rodean.
Asómate
a la ventana. Mira a los viandantes que recorren las aceras, los conductores
que viajan en sus vehículos y las personas que trabajan.
Cuenta todas las que
puedas. ¿Cuántas has conseguido contar? ¿30? De esas 30, es probable que 5 sean
homosexuales, 16 de otras nacionalidades y 20 estén en paro. Son solo
suposiciones, pero nuestro día a día es así, no todos somos iguales en
nuestra etnia, costumbres o preferencias sexuales, pero hay algo que tenemos en
común: somos personas.
Las
personas tenemos todas los mismos derechos, pero no siempre
podemos hacer uso de ellos. Nuestras oportunidades no son iguales, aunque así
debería ser. Tampoco recibimos todas el mismo trato, a pesar de lo avanzado en
el terreno social. La tolerancia es algo necesario para la convivencia,
pero a su vez, escaso en nuestro mundo. ¿Por qué no cambiar eso? Para lograrlo,
es necesario que mires bajo tu propio criterio.
Hasta
hace unas décadas, aquellos que eran diferentes al resto eran perseguidos,
considerados apestados, condenadas a la exclusión social y a la miseria.
No fueron pocas las balas que acabaron con la vida de homosexuales en nuestro
país. Invertidos, enfermos y, en injustas ocasiones, considerados
delincuentes.
Muchas eran las ideologías que invitaban a menospreciar a ciertos sectores de la sociedad. En la cultura judía, por ejemplo, la religión
establecía que las mujeres solo podían dedicarse al cuidado del hogar y a
transmitir su religión a los hijos.
Los nacionalsocialistas, en su obsesión por
la gloria y el poder, en la unificación de una raza aria, barrieron a judíos,
gitanos, homosexuales y negros del mapa a golpe de fusiles, mediante cámaras de
gas y campos de exterminio. La teoría del espacio vital, establecía que
el pueblo alemán requería de más territorios para llevar a cabo su desarrollo
como raza superior.
En EE.UU. se procedió a la separación racial,
argumentando que de esa forma, ambas razas lograrían desarrollarse por su
cuenta.
¿Qué
opinas tú? ¿Te gustaría que te alejaran de las personas a las que quieres y
de tu tierra por ser distinto? ¿Te sugiere algo escuchar insultos hacia
los que lo son? No olvides nunca que la lucha por la libertad y la aceptación
aún se libra en algunos países, y en especial, algunas religiones siguen atando
de pies y manos a mujeres, homosexuales y bisexuales. La belleza está en la variedad,
el equilibrio está en la igualdad. Y aunque todos somos diferentes y
especiales en nuestros aspectos, a su vez somos iguales entre nosotros. La
unidad hace la fuerza, pero nunca contra los intereses ajenos.
Espero haberte hecho pensar, y de haberlo conseguido, ¿cuál
es tu nivel de tolerancia? ¿Crees que todos somos igual de tolerantes? Por
lástima, hay muchas personas que no lo son, entre ellas el que dijo las
palabras que os he regalado con anterioridad (indicadas en cursiva en el segundo párrafo). Hablo de Adolf Hitler. ¿Cómo es
posible que una reflexión tan acertada viniera de la mente de un dictador y represor
de la sociedad? A eso me refería al decir “cuidado con quién te inspira a
pensar”, porque al fin y al cabo, puedes llegar a sus mismas conclusiones.
Juzga tu entorno por ti mismo, y sobre todo, atrévete a aceptar a los demás.
4 comentarios:
Muy buena entrada, si. Hace falta más gente reflexiva y que la sociedad siga avanzando hacia la tolerancia ^^
Ciertamente, tal y cómo tu has expuesto, se está manipulando a las masas, en ocasiones contra determinados sectores sociales. :)
No solo se manipula a las masas y se las conduce a la homofobia y al racismo, también se favorece la ignorancia o la indiferencia hacia los problemas mundiales, y se nos introduce el pensamiento de "Mientras a mí me vaya bien...". Nos enseñan a no ser empáticos, nos educan en el egoísmo y la individualidad. Ese es el problema, que al hombre occidental, heterosexual y con un nivel de vida estable no le afecta lo que les pase a los demás, porque a él "le va bien".
Así es, tal y cómo indica el título de la entrada, "Sappere aude", "atrévete a saber", a pensar por ti mismo. Este fue el lema que aportó Kant a los filósofos ilustrados en el s.XVIII.
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